20/5/11

Alto falante

Iso é o que vou ser agora. Porque veño reclamando algo así desde hai tempo. Sempre hai e haberá matices, pero no fundamental hai acordo. Aí vai. Noutro idioma querido.

Manifiesto de los acampados en la Puerta del Sol
 
DEMOCRACIA REAL ¡YA!

Nadie os obligó a ser políticos. Ninguno de nosotros os pidió que sirvierais al país. Fue vuestra decisión, libre y soberana, así que no vamos a bajar el listón de nuestra exigencia, al contrario, vamos a incrementarlo como nunca antes lo habíamos hecho y vamos a convertir nuestra determinación en el motor de una revolución pacífica que no podréis ni soñar en detener.

Nosotros sustentamos la nación con nuestro trabajo y sostenemos al estado con nuestros impuestos. Nosotros parimos los hijos, los educamos para que continúen manteniendo la nación cuando les llegue el turno y los alojamos en nuestras casas más tiempo del necesario para su vuelo. Y vosotros no habéis hecho vuestra parte del trabajo.

Ahora no tenemos pan para alimentar a muchos de los nuestros. Ahora una generación entera mejor preparada que ninguna otra antes está agonizando sin futuro. Por vuestra culpa.

Ahora lo sabemos: con vuestra hambre de prebendas y vuestra medrosa intemperancia habéis vendido nuestro país y nos habéis vendido a nosotros. Lo peor es que también queréis que paguemos la factura de vuestras pavorosas componendas.

Nosotros cuidamos de los ancianos, mantenemos el ritmo económico del país y hacemos que el progreso sea una realidad para todos inventando internet, descubriendo los principios activos de los medicamentos, aportando ayuda para paliar cualquier desgracia colectiva, viajando a lugares remotos para llevar consuelo o conocimientos, creando los puestos de trabajo y limpiando el chapapote mental con que vuestra negligencia nos roba vidas, haciendas y esperanzas.

Somos nosotros los que morimos por vuestras decisiones, demasiadas veces equivocadas: y es que nosotros ponemos los muertos en los accidentes, en los atentados, en las guerras y en las catástrofes. Vosotros solo nos miráis desde arriba, insaciables, pidiendo más y más y más.

Ahora, cuando las cosas van mal, así sea individual o colectivamente, seguimos siendo nosotros los que apechugamos para salir del hoyo que vosotros cavasteis. Y de paso os sacamos también a vosotros, ingratos, que encima sonreís y os ponéis la medallita que solo es de la masa, de la gente, de la muchedumbre. De la ciudadanía. Nuestra. Y ya hemos llegado al final de nuestro aguante.

Hasta hoy os hemos pedido poco, muy poco. Solamente que no metierais mano en la caja, que no anduvieseis a la gresca por una silla apenas unos centímetros más alta que la otra, que conocierais y respetarais la Constitución , que entendierais nuestras necesidades como sociedad, que fuerais demócratas en el más estricto sentido de la palabra y que protegierais a los más frágiles de entre nosotros. Los servidores públicos sois vosotros y estáis a nuestra disposición, pero lo olvidasteis hace décadas y vendisteis muy barato nuestras vidas, nuestras haciendas, nuestras esperanzas.

Os pedimos muchas veces que nos respetarais como a iguales, que dejarais de perder el tiempo en nimias controversias sobre el tamaño de vuestros egos, enormes por demás. Os gritamos que fuerais más constructivos, capaces y tolerantes, que no dierais tan mal ejemplo a todos los que os hemos estado mirando, atónitos.

Ha llegado el momento de recordaros algo muy importante: este país es nuestro, no vuestro. Y os lo vamos a hacer saber con cuanta determinación y esfuerzos sean necesarios.

Ha llegado el momento. Vamos a recuperar nuestras vidas, nuestras haciendas y, por encima de todo, nuestras esperanzas y nunca más volveréis a robárnoslas.

Ha llegado el momento. Somos más y cada uno de nosotros vale más que todos vosotros juntos porque a nosotros nos mueve la confianza en el nuevo tiempo al que pertenecemos y no vuestro miedo a perder un tiempo que ya murió.

Ha llegado el momento. Vamos a recuperar la sociedad de una nación a la que queremos más que vosotros, con más sensatez y mejores capacidades. Una sociedad que sabe lo que quiere, cómo lo quiere y cuándo lo quiere; una sociedad segura de sí y que sabe bien lo que no quiere: a vosotros.

Ha llegado el momento de abrir la caja de Pandora: y ahora solo resta que os vayáis y dejéis el campo libre para que podamos hacer las cosas bien, con la participación de todos y con la hermosa bandera de la Democracia Real izada en nuestros pabellones. No lo pongáis difícil empecinados en vuestra arrogancia.

Iros a casa, politiquillos. Iros ahora cuando todavía os cabe el honor de la retirada silenciosa. Después no habrá tiempo y será muy doloroso.

Estáis despedidos. Sin 45 días. Ni paro.

Democracia Real Ya.


28/4/11

O futuro está aqui

Aínda que xa saíu hai algún tempo, este video mostra algúns dos cambios que teremos nas nosas vidas. Guste ou non, isto verémolo dentro de poucos anos. Que clase de mundo é o que estamos a vivir que non permite que asentemos e maduremos os cambios que acontecen, de tan rápido que van? A percepción cambia, satúrase, non permite que apreciemos o que temos e, sobre todo, o que se vai, o que desaparece para sempre, inexorablemente...

19/4/11

Pareceres

Non creades con demasiada facilidade se alguén afirma que unha cousa é totalmente boa ou mala.
Non creades en libros, en escritos, en teorías, en doctrinas de escola ou ben en comentarios simplesmente porque foron recopilados por anciáns mestres.
Non existe motivo algún para conceder credibilidade a alguén unicamente porque se trate dun mestre, dun superior xerárquico, dun home poderoso ou dunha autoridade.
Debedes pensar as cousas por vós mesmos e asentir se a vosa propia conciencia asi o decide porque sexa beneficioso e traia boas consecuencias para vós e para o demáis. Só entón comportádevos con toda tranquilidade de acordo con elo.


10/4/11

Ás veces, mesmo é difícil...

... soportar a pesada carga da melancolía, a acumulación de contrariedades e desafíos, de desencontros, de situacións e aconteceres de resultado incerto. A necesaria resolución que normalmente aparece, por moito que chegue polo método do ensaio e erro, desta vez está a tardar de máis. Un non remata de afacerse a estes abalos que suxen de súpeto arruinando o estado de sosego e tranquilidade; demasiada chispa, por veces...
Só lle atopo a esta situación unha virtude: é perfecta para aprender a distinguir o principal do secundario, o accesorio do fundamental, o substancial do anecdótico. É nesta asunción onde reside parte da cura, do alento no sosego e na superación.
A vida tamén consiste nesto. Cando acreditas que consegues ter a superficie calma chega a perturbación e, instintivamente, comezan as ansias para tratar de confinala nos límites espacio-temporais precisos que aseguren, ao menos, o seu manexo, evitando que resoe máis aló do que se xuzga como soportable.

20/3/11

Efectos da actividade dunha fonte radiactiva


Cando estamos fronte a unha fonte radiactiva, unha das primeiras magnitudes físicas que nos interesa medir é a chamada actividade, é dicir, o número de desintegracións que se producen na mostra radiactiva por unidade de tempo. O coñecemento desta magnitude dános unha medida da velocidade de desintegración. 
As unidades nas que se mide a actividade son o becquerel (Bq) e o curio (Ci). O bequerelio, que é a actividade dunha mostra na que se  produce unha dessintegración por segundo, é a unidade utilizada no sistema internacional de unidades (SI), non obstante ser o curio  a máis empregada.
Con todo o que importa a efectos prácticos é distinguir entre a dose absorbida, a dose equivalente e a dose efectiva. Non será inocente o referirnos a unha ou a outra. 
Para poder saber os efectos de cada tipo de dose podemos, lonxe de recurrir á definición técnica que acaso introduciría máis confusión en persoas non expertas no campo, axudarnos cun exemplo que os profesionais que se dedican a estes temas utilizan con certa frecuencia. 
Supoñamos que a actividade dunha mostra radiactiva a comparamos co fenómeno atmosférico da saraiva. Pois ben, aceptada esta imaxe podemos dicir que a dose absorbida sería a parte da saraiva que impacta no corpo do individuo que sofre a radiación. 
A dose equivalente serían os grans de saraiva e, polo tanto, en función do tamaño destes grans a dose equivalente recibida será maior ou menor. Canto maiores fosen estes grans maior sería a dose equivalente de radiación que recibiría a persoa.
Por último, a dose efectiva sería avaliada en función de en qué partes do corpo do individuo caerían estes grans de saraiva de distinto tamaño. Haberá,  xa que logo, partes do corpo máis sensíbles ás radiacións que outras, a igualdade de dose efectiva recibida.
Cumpriría, pois, que cando os medios de comunicación se refiran á dose de radiación que impacta sobre determinado organismo vivo, e reseñen determiñadas cantidades, especifiquen se a dose é absorbida, equivalente ou efectiva, para poder ponderar mellor a gravidade do efecto.


Decisión

Se temos en conta as previsións da maioría das enquisas e sobre todo a última do CIS de hoxe mesmo, resulta realmente sorprendente que Pode...